Cuevas del Campo, en la comarca granadina del Altiplano, se convierte cada tarde del Jueves y el Viernes Santo en la bíblica Jerusalén para representar de forma fidedigna y humana la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo según el evangelista San Mateo.
Medio millar de vecinos se transforman durante un día en actores, actrices y figurantes fervorosos de esta Pasión viviente, que cada año atrae a miles de turistas y curiosos.
En las calles de Cuevas del Campo se reviven con rigor, durante varias horas, las escenas de la Pasión de Cristo, desde el juicio ante Poncio Pilato hasta la crucifixión (por supuesto, fingida y sin clavos), pasando por las tres caídas.
En la escenografía y la dramaturgia se cuida hasta el más mínimo detalle. Familias enteras trabajan durante todo el año en la confección del vestuario y el ‘atrezzo’, que se realiza con escasos recursos económicos pero grandes dosis de imaginación.
Cuevas del Campo, con 2.300 habitantes, se encuentra al noroeste de la provincia de Granada, a unos 130 kilómetros de la capital, entre las sierras de Baza y de Cazorla en una zona conocida como Hoya de Baza o Altiplano de Granada.
En las calles de Cuevas del Campo se reviven con rigor, durante varias horas, las escenas de la Pasión de Cristo, desde el juicio ante Poncio Pilato hasta la crucifixión (por supuesto, fingida y sin clavos), pasando por las tres caídas.
En las calles de Cuevas del Campo se reviven con rigor, durante varias horas, las escenas de la Pasión de Cristo, desde el juicio ante Poncio Pilato hasta la crucifixión (por supuesto, fingida y sin clavos), pasando por las tres caídas.