El Poniente Granadino se extiende por el extremo occidental de Granada. Sierras, valles, vegas y campiñas conforman un paisaje rico y variopinto que linda con los montes Occidentales y con las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Es ésta una tierra de frontera, hija del mestizaje de culturas, cristiana y mora, con un pasado milenario.
La naturaleza ha sido generosa con el Poniente Granadino. Desde la fértil vega del Genil hasta las cumbres de Sierra Tejeda, el paisaje se define por los marcados contrastes y la variedad de espacios naturales. Panorama donde pinos resineros, alcornoques y melojos sirven de hábitat a la emblemática cabramontés, al águila real, al halcón peregrino y al azor. Un entorno natural único en el que pueblos de sabor morisco como Alhama de Granada, Arenas del Rey y Jayena se integran a la perfección.
El Poniente Sur es el área más montañosa y escarpada en la que se encuentran los Tajos de Alhama, impresionantes paredes verticales sobre las que se alza Alhama de Granada. Los dólmenes de la Peña de los Gitanos son testimonio de las culturas megalíticas que habitaron la región. Más tarde llegaron íberos, romanos, visigodos y hasta fue escenario de la caída del Reino Nazarí de Granada. Alhama será la llave de la capital del último reino del Al-Andalus. Pueblos blancos de estrechas calles, construidos en torno a antiguas alcazabas o castillos para defender la frontera del avance cristiano.
Cuenta esta zona con una gastronomía a base de recetas ancestrales heredadas de los antiguos pobladores musulmanes y judíos siempre nutridos de una materia prima de calidad. Platos típicos andaluces como el gazpacho, pucheros y potajes. Trucha, esturión y caviar de Riofrío, espárragos de Huétor-Tájar, queso artesanal de cabra de Montefrío o Játar, vino y setas de Alhama, tomates y hortalizas del llano de Zafarraya y la repostería morisca de Loja.