Zújar está situado a los pies del cerro del Jabalcón, con una altitud de 1.496 metros, entre la Sierra de Baza, la Hoya de Baza y la Sierra del Pozo. Un paraje formado por barrancos y ramblas, en el que afloran aguas subterráneas y una frondosa vega. El centro histórico del municipio está compuesto por un barrio de estilo morisco con casas escaladas del siglo XVII. Además, tiene un bello barrio de casas cueva. Destacan los numerosos caños y fuentes de época árabe que hay en el municipio.
Los lugares de mayor interés son la Iglesia de la Anunciación, la Almazara y chimenea de don Periquito, el Pósito, del que sólo quedan restos, la Casa de los Rebolledo o Cuartel Viejo, la Casa de los Herederos de Eladio Hortal, la Casa de la Torre y varias ermitas. Además, abundan los molinos por todo el término municipal, y aún se conservan vestigios de unos baños de época romana. Es un lugar ideal para la práctica del vuelo libre, senderismo, cicloturismo, escalada, enduro o deportes acuáticos.
Carramaiza es una localidad aneja de Zújar formada por un conjunto de casas cueva. Próxima al pantano y al cerro del Jabalcón, cuenta con unas vistas muy atractivas y existen rutas de especial encanto a lo largo del valle del Guadalentín y en las inmediaciones del Parque Nacional de Cazorla, Segura y las Villas.
El nombre de Zújar proviene del árabe sujayra, que significa ‘pena grande’. Hay constancia de asentamientos humanos en el Neolítico y en la época de la cultura argárica. También hay datos que demuestran que hubo un poblado íbero en los siglos IV y III a.C. En época romana estuvo adscrita a la localidad de Baza, bajo la denominación de Hactara. Bajo dominio musulmán se construyeron los barrios de Alcazaba, Jarea y El Lugar, y la localidad tomó la fisonomía actual. La ciudad estuvo protegida por una alcazaba, de la que apenas quedan restos, y opuso mucha resistencia a los Reyes Católicos, aunque finalmente fue conquistada por las tropas cristianas en 1489. La población morisca, un 95% del total, fue expulsada y se repobló con cristianos viejos.
En 1649 fue declarado municipio independiente y recibió el título de villa. A finales del siglo XIX el municipio creció e incorporó a Cuevas del Campo como población adjunta hasta los años 70.
Destacan los gurullos (con perdiz o conejo), el puchero (guiso estofado), las migas, las gachas y las gurupinas. A ellos se suman los platos típicos relacionados con la matanza del cerdo.
Tiene suculentos postres, como roscos o tortas de chicharrones, y una gran variedad de productos caseros de bollería.