Son poblaciones de este municipio Castillo de Baños, Haza del Lino, Haza del Trigo, La Guapa, La Mamola y Polopos.
Polopos tiene todo el encanto de los pueblos costeros andaluces y también las condiciones ideales para disfrutar de lo mejor de la montaña, el mar y el sol. Enclavado entre el mar Mediterráneo y el bello paraje de la Haza de Lino, en la sierra de La Contraviesa, el municipio alberga varios núcleos de población que permiten disfrutar de pueblos típicos, gentes amables y laboriosas, playas de aguas limpias así como de un entorno natural que se mantiene bastante virgen.
Castillo de Baños, situado en la costa, en una pequeña llanura llamada Puerta de Baños. La Mamola, también población costera y de pescadores, que se ubica al pie de un cerro coronado por una torre vigía.
Otro de los atractivos de esta localidad es su patrimonio histórico-artístico. Destacan las edificaciones de la Torre árabe de Cautor, el Hornabeque de Castillo de Baños, la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario en Polopos y la de la Asunción en La Mamola.
Durante la dominación islámica este municipio perteneció a la Tahá de Gran Cehel, época de la que datan sus orígenes. Polopos fue entregado al último rey nazarí, Boabdil, y cuando éste se retiró a África, fue integrado a la Corona de Castilla. Fernando el Católico lo vendió a uno de los conquistadores de la casa de Portocarrero. Más tarde Polopos vivió la rebelión de sus moriscos y su posterior expulsión. En el siglo XIX era conocido como zona próspera debido a su producción de pasas, vinos y aguardientes, además de por sus molinos.
Ofrece Polopos una gastronomía rica y variada, con lo mejor del mar y de la tierra. Destacan el pescado frito o morcilla, panceta, lomo en adobo en aceite, las variantes de cocinar el choto, las cazuelas y los guisos de pescado. En los postres también se encuentra variedad: pan de higo, roscos de huevo, buñuelos, galletas fritas, tortas de chicharrones, entre otros.