Polícar

Al norte de Sierra Nevada, en las proximidades del límite del Parque Natural, se asienta Polícar. Su pasado morisco se evidencia en la configuración de su estructura urbana. Su patrimonio, sus estrechas callejas y su peculiar casco histórico son su principal atractivo.

Destacan de su patrimonio la Iglesia Parroquial de San Antonio de Padua, la Ermita de San Antonio, así como sus casas que aún conservan en muchos casos las características que dieron originalidad al pueblo, como por ejemplo los aleros de madera.

A pesar de su antigüedad romana y del pasado medieval compartido con Beas de Guadix, de cuya alquería dependió en tiempos nazaríes y así siguió haciéndolo tras la conquista castellana, la historia de Polícar está en realidad marcada por un hecho mucho más reciente y trascendental: la compra del pueblo realizada en 1977 por sus propios vecinos, que tuvieron que pagar 29 millones de pesetas a la familia a la que durante años había pertenecido, y el posterior reparto de su latifundio entre sus nuevos propietarios.

En esta localidad, la calidad de su tradicional vino del terreno y de sus famosos productos de la matanza del cerdo sigue siendo tan excepcional como siempre. En Polícar además se pueden degustar exquisitos platos entre los que figuran la olla de San Antón, la olla matancera, el potaje de bolones, el rin-ran, las gachas, el choto al ajillo y el conejo frito con ajos.