Constituido en 1974 por la unión de los antiguos ayuntamientos de Moreda y Laborcillas, el municipio de Morelábor mantiene desde entonces su capital en la primera de las dos localidades. Su denominación procede también de la unión de las dos primeras sílabas de los nombres de ambas poblaciones.
Laborcillas era una antigua cortijada que perteneció al marqués de Villa Alegre, el cual levantó para sus esporádicas visitas la vivienda más notable del pueblo, que extiende su caserío en una cañada situada al pie del cerro de Fonseca, donde hace años terminó reconvirtiendo en templo parroquial su antigua ermita de San José.
El municipio cuenta con un tercer núcleo urbano formado alrededor de la histórica Estación de Moreda, uno de los más importantes nudos ferroviarios de Andalucía Oriental. Confluyen en él las líneas que vienen de Granada y Almería, para dirigirse ya juntas desde aquí hacia Linares-Baeza y Madrid.
Ésta es una localidad muy rica en yacimientos arqueológicos. Hay tumbas bien conservadas en el Cerro de los Castellanos, en el paraje de Los Eriales, en la placeta de los Naranjos y en el Cortijo de Fonseca. En este último hay una gran necrópolis con muchos enterramientos. El viajero puede disfrutar también visitando las iglesias parroquiales de la Anunciación y San José.
Los yacimientos arqueológicos encontrados documentan la antigüedad de los primeros asentamientos humanos en la zona en más de 5.000 años. La historia del actual enclave de Moreda y Larbocillas nace en la época árabe. Fue conquista por los Reyes Católicos en 1485. Al igual que todas las tierras del entorno de Guadix, Moreda entró también en el reparto realizado por los Reyes Católicos entre los caballeros que más se habían destacado en la última fase de la conquista castellano-aragonesa, correspondiendo en este caso a los Contreras Benavides.
Desde entonces, la zona siempre estuvo en manos de terratenientes. En los últimos dos siglos la propiedad del pueblo y todo su territorio perteneció de forma casi feudal al Marquesado de la Motilla, al que incluso había que pedir autorización para la apertura de nuevas ventanas o puertas, y que durante varias décadas tuvo a la localidad constreñida en sus mismos límites al no proporcionar tierras para la construcción de nuevas viviendas. Ésa fue la razón que llevó en 1987 a la corporación municipal a expropiar por decreto varias parcelas del antiguo señorío, cuyos primeros 5.000 metros cuadrados fueron ocupados simbólicamente por el Ayuntamiento para construir las nuevas escuelas de la población.
Los Laborcilleros practican la caza desde hace siglos, por eso, cuando se hace referencia a su gastronomía, aparecen deliciosas recetas de conejo y otras carnes de caza menor. Otros platos típicos son el puchero, las migas, las gachas, el pimentón y la tortilla de masa.