Huétor Tájar tiene su origen en la dominación musulmana de la Península Ibérica, aunque hay vestigios de población en diferentes épocas históricas desde el Paleolítico hasta época Romana, de la cual que han aparecido numerosas monedas en la zona. Está formada por la unión del territorio de dos antiguas alquerías, la Alquería de Tájara o Taxara y la Alquería de Huétor, lugar en el que actualmente se emplaza el núcleo urbano de la localidad.
Las primeras referencias a Huétor en las crónicas cristianas llega de la mano de la Crónica del Halconero de Juan II, Pedro Carrillo de Huete, donde se habla de Héctor o Vector, que fue una alquería contra la que actuó el condestable de Castilla don Álvaro de Luna en 1431 durante su incursión en la vega de Granada.
De la Alquería de Huétor queda el principal vestigio de la presencia árabe, como es su torre de alquería. Su origen es del siglo XIV, siendo una de las torres alquerías que se construyeron en la vega de Granada en época de Muhammad II, debido a las incursiones cristianas que se dieron en los años 1273, 1280 y 1281, lo que daría lugar a la proliferación de estas torres, destinadas principalmente a acoger a labradores y ganaderos para protegerlos de dichos ataques.
Por otro lado, la Alquería de Tájara es citada por primera vez en el texto de al-Udri (1003-1085), donde se habla de la división de la Cora de Ilbira, donde uno de sus distritos era el iqilin al-Tayarat, que se dividía en “Tāŷaratal-Ŷabal, Tāŷarat al-Wādī y Tāŷarat al-Laŷm”. Lo que haría referencia a tres divisiones del territorio de Tájara, haciendo referencia a Tájara del Monte, Tájara del Rio y Tájara del Llano, lo que nos lleva a identificar con tres zonas del actual término, Tajarilla (TM de Loja), Huétor y Tájara respectivamente.
Tájara aparece mencionada por las crónicas castellanas del siglo XV, como son la crónica de las tropas de Juan II en 1431, previas a la Batalla de la Higueruela, así como la incursión de las tropas de los Reyes Católicos en 1483, tras la toma de Alhama de Granada, en la que Tájara sería conquistada tras varios días de asedio el 14 de junio de 1483, siendo destruida y sin que se volviera a reconstruir.
Por otro lado, la torre de Huétor pasaría a manos cristianas tras ser tomada Loja en 1486. En 1496 se concede por parte de los Reyes Católicos a don Álvaro de Luna, nieto del condestable de Juan II de Castilla, la torre y cortijo de Huétor, además de 400 fanegas de tierra de secano y regadío. Posteriormente don Álvaro y sus sucesores fueron ampliando sus posesiones hasta formar un dominio de relevancia sobre el término municipal de Huétor Tájar, que llevaría a la fundación del mayorazgo y posteriormente en 1559 se fundaría el Señorío Jurisdiccional de Huétor Tájar en la persona de don Antonio de Luna y Valois.
La agricultura sería la principal actividad económica de la localidad desde época andalusí, de la que perduran sistemas de regadío, molinos harineros como el Molino Tajarilla y numerosas caserías y cortijos, sobre todo en la vega de Calardos y Don Antonio, testigos de la herencia mudéjar, que perviven hasta la actualidad con nuevos cultivos.
La gastronomía hueteña está ligada a su cultivo estrella, el espárrago verde-morado, reconocido con la Indicación Geográfica Protegida, que se puede cocinar de múltiples formas: cocido, a la plancha, en tortilla, en revuelto, en sopa, en salsa de almendras, etc. Incluso es utilizado en confitería para la elaboración de mermeladas o helados.
Pueden visitarse las cooperativas de la localidad que lo producen y lo comercializan tanto fresco como en conserva.