Cuevas del Campo está situado en el noroeste de la provincia de Granada, dentro de un enclave excepcional entre parques naturales: al sur el de la Sierra de Baza, y al norte el de la Sierra de Castril y el de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Es por tanto un lugar ideal para los amantes de la naturaleza, que disfrutarán de la tranquilidad, del excepcional paisaje y de la amabilidad de sus gentes.
Cuenta, además, con numerosas casas cuevas excavadas en tierra arcillosa, en las que vive una buena parte de la población. Otros lugares de interés son la iglesia parroquial y un pequeño yacimiento arqueológico en el que se han encontrado vestigios de unos aljibes de época romana.
El municipio se encuentra además cerca del embalse del Negratín, donde se pueden practicar deportes acuáticos como el piragüismo y en el que existe la, por ahora, única playa naturista del interior de la provincia de Granada.
Uno de sus principales atractivos es la Pasión Viviente que todo el pueblo representa en Semana Santa.
Hasta el 21 de noviembre del año 1981, Cuevas del Campo no se constituyó como municipio. Anteriormente pertenecía al término municipal de Zújar, por lo que comparte su historia. Su nacimiento se debe a motivos agrícolas, ya que sus tierras son muy ricas para el desarrollo de la agricultura. Su población fue muy numerosa durante la época árabe, y tras la Reconquista participó en la sublevación de los moriscos que se dio en la segunda mitad del siglo XVI. La rebelión fue sofocada y los moriscos expulsados, por lo que el municipio quedó prácticamente deshabitado. Más tarde fue repoblado con colonos de otras regiones, aunque se cree que muchos de los expulsados regresaron furtivamente y se asentaron en un barrio de cuevas.
Tiene mucha influencia de la tradición morisca y castellana. Su gastronomía ofrece platos con alto poder calórico a base de legumbres, hortalizas, cereales y carne de cerdo, cordero, conejo o pollo de corral. El plato más popular de Cuevas del Campo son las migas, aunque también destacan la gurupina, las gachas de maíz o los embutidos elaborados de la matanza del cerdo. Todo regado con vino del país y seguido de licores como el chimichurri o la mistela. Los dulces más típicos son los roscos fritos, floretas y paparajotes.