Emplazada en el centro de la cuenca del río Guadahortuna, sobre terreno llano rodeado de cerros de poca altura, Alamedilla es uno de los municipios de la provincia donde más antigüedad e importancia tuvo la presencia humana en tiempos prehistóricos. Así lo atestiguan los restos hallados en el Cortijo del Hacho, correspondientes a una necrópolis de la Edad de Bronce, datada unos 2.700 años a. C.
Sobre el origen del nombre de Alamedilla existe una doble versión. Por un lado, hay quien lo relaciona con la abundancia de álamos en la zona, de donde el topónimo habría surgido como diminutivo de alameda. Sin embargo, es creencia popular que el origen del nombre Alamedilla hay que buscarlo en la palabra arábiga alminar (torra de una mezquita), transformada en primer lugar en Almedinilla para convertirse posteriormente en la actual Alamedilla. En realidad, ninguna de estas dos versiones está suficientemente documentada.
Desde el municipio de Alamedilla se pueden observar magníficos paisajes, contrastando el entorno semiárido con fértiles tierras regadas por el río Guadahortuna. Sobre un gran barranco se tiende el Puente del Hacho, de ingeniería francesa del siglo XIX. Por su estructura metálica y remaches se cree salido de los talleres de Eiffel.
En el Cortijo de El Peñón, a cuatro kilómetros de la población, se encuentra la popular Piedra de la Solana, una especie de fortaleza natural que alcanza los 1.233 metros de altitud. Se trata de un abrupto paraje formado por tres enormes rocas que debió de servir de refugio para lo habitantes de la zona en época medieval, como lo confirman los restos allí encontrados.
Su historia comienza con el asentamiento de tribus durante el Paleolítico y el Neolítico. Luego llegaron íberos, romanos y visigodos, de los que se conservan algunos restos. Precisamente es a los musulmanes a quienes se atribuye la fundación de este pueblo, aunque en el siglo XV Alamedilla no pasaba de ser una cortijada de las muchas que tachonaban el territorio que compone su actual término municipal. Bajo el dominio árabe tuvo diversos lugares habitados en torno a lo que posteriormente sería su núcleo principal. En 1489 fue reconquistada por las tropas del rey Sancho de Castilla.
Alamedilla cuenta con una importante tradición gastronómica: conservas caseras como costillas en aceite, lomos, chorizos o morcillas y platos como la fritada de carne con pimientos rojos y verdes asados. El ingrediente fundamental de los platos alamedilleros es el aceite de oliva virgen extra que, combinándolo con productos naturales de la huerta, acompaña la mayor parte de sus especialidades.