En la noche del 23 de junio se realiza el viejo rito de lavarse la cara en las fuentes del pueblo, una manera simbólica de borrar lo negativo que ha pasado durante el año y renovar propósitos para la nueva estación.
En la noche del 23 de junio se realiza el viejo rito de lavarse la cara en las fuentes del pueblo, una manera simbólica de borrar lo negativo que ha pasado durante el año y renovar propósitos para la nueva estación.