Los paisajes de la Alpujarra se caracterizan por su amplitud, la imponente altura de Sierra Nevada otorga una amplitud visual difícil de encontrar en otros lugares: pero también son paisajes “hechos a mano”, modelados con el trabajo del hombre a través de los siglos, las acequias, las terrazas de cultivo, huertas encaramadas en lugares inverosímiles, y unos pueblos cuya arquitectura es de las más singulares de España.
Sus carreteras y caminos, escasamente transitadas nos permitirán desplazarnos sin grandes esfuerzos a lo largo de sus laderas o afrontar importantes desniveles si ascendemos desde el fondo de sus valles.
Destino frecuente de la Vuelta a España.