Construida en el siglo XVI, probablemente sobre la antigua mezquita, Armilla cuenta entre su patrimonio con la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Es muestra de los templos que levantaron los mudéjares granadinos teniendo como referencia las tradiciones estéticas y religiosas hispanomusulmanas. Entre sus elementos interiores, posee un rico artesonado que cubre su nave central, así como algunas imágenes de gran antigüedad. Cabe destacar la imagen del Cristo de la Expiración atribuida a Alonso Cano, un Nazareno y el propio San Miguel Arcángel. En 1931 se elevó el torreón unos metros sobre su altura original, de modo que las campanas son más audibles desde la distancia.