Levantada tras la rendición del Reino Nazarí por mandato de los Reyes Católicos sobre una antigua mezquita, se encuentra este templo mudéjar consagrado al misterio de la Visitación de María. Lo más llamativo de la iglesia es su valioso artesonado interior, el altar mayor y la talla de la Inmaculada. También destacan distintos bancos-arca, utilizados para guardar objetos de culto, que datan de los siglos XVII y XVIII. En las capillas laterales, se pueden admirar pinturas y esculturas de valor.