Iglesia de estilo mudéjar de una sola nave cubierta de armadura, exterior encalado y portada barroca de gran sencillez. Tiene la particularidad de haberse levantado dos veces, la primera en el siglo XVI sobre la antigua mezquita de la localidad, y la segunda en el XVII sobre las ruinas que los moriscos dejaron de la anterior durante la sublevación de Abén Humeya. El templo fue además ampliado entre los años 1700 y 1738, esta vez por necesidades de espacio, añadiéndose una segunda torre que lo convirtió en uno de los más originales de la provincia.