Iglesia construida en dos fases. La primera correspondiente al siglo XVI con estilo gótico mudéjar y la segunda, ya en el siglo XVIII, con estilo neoclásico de la mano de arquitectos como Ventura Rodríguez o Domingo Solís.
Destaca por su planta de cruz latina, la sobriedad decorativa, la gran colección de cuadros que abarcan desde el siglo XVI al XVIII, y la torre-campanario. En la actualidad está declarada Bien de Interés Cultural.