La iglesia, hoy con título de basílica, está ubicada junto al hospital (1552) y fue erigida entre los años 1737 y 1759. La planta del templo es de cruz latina: nave con capillas laterales (dos a cada lado), crucero, capilla mayor y coro.
Su interior está ricamente adornado con oro, plata, retablos, pinturas murales, cornucopias y luces. Destacan los retablos de capillas y cruceros, los frescos de Diego Sánchez Sarabia y el retablo de la capilla mayor, donde reposan los restos del santo que da nombre al templo.