Se conoce la existencia de una fortificación en Salobreña desde el siglo X. Aunque la distribución corresponde a la construcción que se levantó en época nazarí, el castillo árabe es el resultado del aporte de la arquitectura musulmana y cristiana.
Dispone de tres recintos: el interior se corresponde en su disposición con el antiguo alcázar nazarí; los otros dos, con una función defensiva, son una ampliación castellana de finales del siglo XV.
Refrescantes jardines internos envuelven los volúmenes arquitectónicos. Desde sus torres podemos contemplar a nuestros pies, y de un solo vistazo, la trama urbana de Salobreña, la vega, el Mediterráneo, las sierras colindantes e, incluso, Sierra Nevada.
Sus torres, almenas y murallas, su enclave y paisajes han propiciado que el castillo sea uno de los monumentos más visitados de la Costa.