En la elevación rocosa que sobresale en medio del pueblo aparecen las fortificaciones de la villa medieval: el castillo y murallas.
Son obras musulmanas con elementos califales y taifas, de los siglos X y XI, revestidos por las reformas del XIV de los nazaríes, que le dieron su configuración definitiva. Situado estratégicamente, estaba en permanente conexión a través de una red de torres con los Castillos de Moclín y Montefrío, lo que permitía una rápida comunicación con Granada.
Fue escenario de numerosos sucesos que marcaron la vida política del momento. Estaba formado por tres recintos: la villa, la alcazaba y el arrabal, y fue tomado por los Reyes Católicos en 1486.
En la cúspide se distinguen las torres del castillo, los «dientes de la vieja», y más abajo, los vestigios de otros dos recintos amurallados que protegían el área, hoy despoblada, por donde se hallaba la mezquita ‘aljama’.
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