También llamado Castillo de los marqueses de Casablanca, esta casa señorial del siglo XIX representa la etapa nobiliaria de la localidad, ya que con la desamortización de Mendizábal la Hacienda Deifontes fue adquirida en pública subasta por la condesa de Antillón. Esta formada por un recinto tapiado con jardín entre cuyos altos árboles se divisan las cuatro airosas torres del edificio. Era residencia veraniega o de descanso de los condes de Antillón y posteriormente de su heredera, la marquesa de Casablanca, hasta que en 1914 fue adquirida por el Ayuntamiento de Deifontes.