La lógica no tiene cabida en el Sacromonte, con sus casas cueva excavadas en la legendaria montaña sagrada, el Monte Sacro del Valparaíso. Es más bien el misterio lo que define esta zona de Granada que tantos versos ha inspirado, cuna del cante y el baile flamenco, repleta de jardines lunares de pitas y chumberas.
Cuentan las crónicas que los primeros en asentarse en este barrio fueron los gitanos que llegaron con las tropas cristianas de los Reyes Católicos, para los que trabajaban como artesanos del metal. Su arte se mezcló con lo andalusí y así nació la genuina zambra, el ancestral baile flamenco con una coreografía basada en la boda gitana que aún hoy se puede contemplar y disfrutar en los numerosos tablaos flamencos existentes en el barrio.