Dificultad/Precauciones: Baja, volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.
Profundidad: Profundidad máxima 17-18 m, con una profundidad media de 17 m.
Acceso: Único acceso desde embarcación.
Duración estimada: 60 minutos.
Condiciones climáticas recomendadas: Brisa moderada (Fuerza 4) mejor con levante que con poniente.
Desde la Playa de Cantarriján en dirección al Cerro Gordo y tras pasar varios promontorios rocosos, podemos observar una pared que forma un ángulo recto con la línea de playa, situada al resguardo del levante y coronada por una frondosa masa de pinos que la hacen inconfundible.
Se trata de una inmersión que suele comenzar a mitad de la pared, anclando sobre unos 7 m y en la que se avanza sobre la zona donde el acantilado rocoso se une con la arena. Dejando la pared a nuestra izquierda en rumbo aproximado de 225º se va ganando profundidad hasta llegar a unos 17 m, llegando a la misma punta. Este descenso paulatino hace posible una inmersión muy sencilla y adecuada incluso para buceadores noveles y con poca experiencia. El recorrido medio ronda los 150 m (300 ida y vuelta), según iniciemos la inmersión más o menos cerca de la punta, pero gracias a la poca profundidad, incluso con una botella de 12 l podremos hacer una inmersión con tiempo suficiente para contemplar la gran diversidad presente. Por las mismas razones de seguridad y sencillez, es una zona ideal para inmersiones nocturnas.
En este entorno podemos observar la fauna habitual de los arenazos, como algunos ceriántidos, ermitaños, salmonetes y herreras. En aguas más abiertas encontraremos grandes bancos de alevines de varias especies, además de bogas, sardinas y castañuelas que irán abriendo hueco a nuestro paso. En el límite entre arena y rocas será fácil encontrar más de un pulpo y si nos acercamos más al acantilado podemos admirar una gran variedad de algas, esponjas erectas como la Ircinia fasciculata y la Ircinia oros y otras tantas esponjas revistiendo las rocas. También es habitual encontrar varias especies de pólipos como la Anémona de cristal o la Anemonia viridis, entre cuyos tentáculos hallaremos con frecuencia cangrejos araña Inachus phalangium. También son frecuentes multitud de planarias y de nudibranquios distintos, siendo los más frecuentes los de los géneros Chromodoris, Hypselodoris y las Flabellinas. Peltodoris artromaculata o vaquita suiza será uno de los más apreciados y vistosos.
Continuando nuestro recorrido llegamos a la punta, en la que grandes rocas llegan desde el fondo casi a la superficie, con numerosas grietas donde se esconden congrios y morenas. En una de estas grandes piedras, que es de las últimas del recorrido antes de que la pared se dirija hacia Levante, existe una gran oquedad a media agua, sobre la que descansa una vieja red de pesca, con la que hay que tener cuidado de no engancharse. Con un poco de suerte en esta cueva podemos encontrar una gran langosta que tiene allí sus dominios, y que está habituada a la presencia de buceadores. A la derecha de esta gran piedra, encontraremos los restos de un barco hundido del cual solo le quedan algunas cuadernas enterradas y algunos candeleros de la barandilla de proa que sobresalen de la arena y que dan nombre a la inmersión, aunque por confusión o por su parecido con la parte superior de un candelabro se ha elegido este nombre en lugar de “los Candeleros” que parecería más exacto.
Podemos continuar la inmersión sobre las piedras que hay más hacia mar abierto, donde podemos observar algún banco de carángidos, o rodeando la punta y dirigiéndonos hacia levante, lugar de refugio de otros bancos de peces como lisas, sargos, mojarras, obladas, salpas, y las omnipresentes castañuelas. El regreso se realiza en sentido contrario, llevando el acantilado a nuestra derecha. Si procuramos volver perdiendo profundidad a lo largo del acantilado podremos disfrutar con la gran diversidad de organismos pegados a las piedras y nos ahorraremos la parada de seguridad antes de finalizar la inmersión. Volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.
La inmersión suele comenzar a mitad de la pared, anclando sobre unos 7 m y en la que se avanza sobre la zona donde el acantilado rocoso se une con la arena. Es una inmersión muy sencilla y adecuada incluso para buceadores noveles y con poca experiencia. El recorrido medio ronda los 150 m (300 ida y vuelta). Volver en sentido contrario una vez consumido 1/3 de la botella.
ACCESO
El acceso a esta zona de buceo se realiza desde embarcación. Desde la playa de Cantarriján suponen más de 600 metros de nado, poco recomendable para realizar una inmersión.
GEOMORFOLOGÍA
Pared rocosa del promontorio con descenso hasta los 17 m.
BIOTA
Comunidades y Especies.
- Zona arenosa: Comunidad de Arena: Ceriántidos, Ermitaños, Salmonetes, Herreras.
- Zona abierta / Pelágica: Bancos de alevines, Bogas, Sardinas, Castañuelas.
- Zona Rocosa: Pulpo, Algas, Esponjas: Ircinia fasciculata, Ircinia oros y otras. Anémonas: Anémona de cristal o la Anemonia viridis, Cangrejos: cangrejos araña Inachus phalangium., Nudibranquios: los más frecuentes los de los géneros Chromodoris, Hypselodoris y las Flabellinas. Peltodoris artromaculata o vaquita suiza, Congrios, Morenas, Langosta, Carángidos, Lisas, Sargos, Mojarras, Obladas, Salpas, Castañuelas.
PERMISOS
Se requiere de un permiso para bucear en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo. Puede realizar la inmersión a través de los centros de buceo que cuentan con el requerido permiso o independientemente solicitando la “Autorización para la realización de actividades de uso público, turismo activo y ecoturismo en Parajes Naturales” a la Delegación Territorial de Granada de la Consejería competente.
SEGURIDAD
No se necesita tomar más precauciones de las normalmente adoptadas. La inmersión tiene un nivel de dificultad Baja, con una fuerza de viento máximo de 4 (escala de Beaufort) de Brisa moderada, y se realiza a una profundidad que no se considera peligrosa.