Boabdil está exhumando los cadáveres de toda la dinastía nazarí, sus 24 sultanes, en la rawda de la Alhambra, cementerio real, una noche de Febrero de 1492, un mes después de la derrota definitiva y de haber entregado las llaves de la Alhambra y Granada a los Reyes Católicos, y un mes antes de dejar definitivamente la ciudad para ir al pequeño territorio de la Alpujarra que le fue concedido en las Capitulaciones… desde donde al año siguiente ya se vería forzado a dejar Al-Andalus e ir a Fez hasta el final de sus días y su dinastía.