En India Martínez primero fue el flamenco y después vino el pop. Era todavía una niña cuando ganaba sus primeros festivales de arte jondo, a los que se presentaba con el aval de sus estudios de guitarra y solfeo, y se había convertido ya en toda una chica cuando abrió los ojos al pop. Que hiciera ese recorrido, y no el inverso, es una de las explicaciones del embrujo de sus canciones, que tratan de aproximar dos estilos tan lejanos incluso generacionalmente.