El bosque, su realidad, no sirve sólo como estímulo para el movimiento, sino también para el diseño de iluminación, de vestuario y por supuesto para la composición musical. Todos los elementos están íntimamente relacionados bajo este concepto para introducir al espectador en un viaje sensorial, un viaje que le permita perderse dentro de él.
Dirección y coreografía: Mario Bermúdez
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