Cada 3 mayo, la ciudad de Granada y muchas localidades de la provincia se engalanan para celebrar el Día de la Cruz, una fiesta con el color, el olor, el sabor y la alegría de la primavera.
Asociaciones vecinales, cofradías e instituciones montan sus cruces de flores en las principales calles y plazas, y compiten para ganar el concurso que premia las instalaciones más bellas y originales.
La gente se echa a la calle, vestidos con trajes de gitano o faralaes, para bailar sevillanas y danzas tradicionales granadinas y disfrutar de la gastronomía típica de este día, como las habas con bacalao, las ‘salaíllas’ y los embutidos.
La cruz, normalmente hecha de claveles, es el centro de una instalación que es todo un escaparate de la artesanía y la historia de Granada. Cerámicas, objetos de taracea, tejidos artísticos, cobres o piezas de madera tallada se ofrecen al visitante de la cruz como extraordinarios tesoros de la historia viva de Granada.