El oboísta Santiago Moya Garzón con el acompañamiento de Diego Lillo Palacios al piano y los arreglos de Andreas
Tarkmann, nos invitan al difícil juego del amor. Dice Ricardo J. Espigares que Falla dibuja el amor efímero del espectro del gitano como un fantasma volátil y caprichoso, frente al amor estable de Candelas y Carmelo.
Zumbidos, vibraciones, trémolos, fuegos fatuos, para el mundo del espectro. Atmósferas apacibles para el amor leal.