Arias y Alfaro estaban destinados a encontrarse. De la misma generación los dos se han mostrado proclives en los últimos tiempos a repasar sus treinta años de carrera. Hablamos de dos personalidades sólidas, cada uno con su particular y arrolladora aureola creativa. Fernando Alfaro, el letrista bíblico, firmó el Nuevo Testamento del rock alternativo. Por su parte, Antonio Arias introdujo los flashes visionarios y el collage distópico que la posmodernidad no proporcionaba. A la vez, ambos han serpenteado por la industria musical en todos sus ángulos, desde las multinacionales hasta la más pura autogestión.