Grupo de viviendas cavadas en la tierra, forman un original barrio que constituye una pequeña ciudad ‘troglodita’. Se crearon en un terreno arcilloso y blando a partir de la reconquista cristiana y la consiguiente búsqueda de residencia y cobijo por parte del pueblo morisco.
Sus primeros núcleos fueron el cerro de San Marcos y la fuente de Maese Pedro. Actualmente, el barrio acoge a gran parte de la población accitana. Los miradores naturales de Cuatro Veredas y San Fandila ofrecen una espectacular visión del conjunto.
Las cuevas se distribuyen de forma anárquica formando un arco este-sur-oeste. Como característica llamativa, son cuevas cálidas en invierno y frescas en verano. Están unidas por caminos y veredas de trayecto irregular.